El
miércoles habían surgido indicios que alentaban la posibilidad de poder
rescatar el submarino perdido de la armada argentina y que desde hace varios
días es un hecho que conmovía al mundo. El pueblo argentino sin excepciones de
credos o tendencias políticas unió sus oraciones para que este drama tuviese un
final feliz. Al escribir estas palabras aun no sabíamos el desenlace de un indicio
que el miércoles nos abría a todos una expectativa positiva.
Emociona
y crea nuevas expectativas de un mundo mejor el apoyo tecnológico y práctico
recibido de otros países del mundo que acudieron en ayuda de Argentina en este
caso. Así como lo descontamos lo hubiésemos hecho los argentinos como cualquier
otro país del mundo.
Tal
vez cuando usted lea esta nota ya haya tenido un final feliz la actitud de
todos en general de tratar de salvar a inocentes argentinos hundidos en el
fondo del mar por algún desperfecto técnico. Al menos esa era nuestra oración
hasta el momento de escribir estas palabras.
El Director.