Cuando
hace pocos días Stella Clérici y el estado provincial dieron la noticia que se
hacían 200 cuadras de pavimento en Cañada de Gómez, lo tomamos como algo ultra
positivo. El pavimento frente a un terreno re valoriza enormemente y permite
que mucha gente pueda hacerse casas, ampliaciones o dejar de sufrir los días de
lluvia y de pantanos frente a sus domicilios.
Realmente
200 cuadras es una obra faraónica casi más para una ciudad que ya tiene la
mayor parte pavimentada.
Sin
embargo como hace más de 80 años se empezaron a sentir algunas críticas
absolutamente increíbles por lo torpe. Porque parte de ese pavimento deberá ser
afrontado por los frentistas, como ocurrió en la década del 30 del siglo pasado
cuando la Municipalidad decidió hacer el gran pavimento que todavía sirve a
Cañada de Gómez bajo la intendencia municipal de Borgarelo, la presidencia del
concejo a cargo de José Ramacciotti jefe de ferrocarril y el concejal Lorenzo
Abate entre otros. En aquel entonces ya existía la oligarquía en la Argentina y
contrataron un diario que se había fundido para hacer una campaña contra la
Municipalidad para que los dueños de los cientos de baldíos que había en Cañada
de Gómez aun tuvieran que pagar parte del hermoso pavimento del que aun hoy 80
años después, los Cañadenses siguen orgullosos.
Ya
sentimos en algunos grupúsculos la disconformidad con esta obra, sin darse
cuenta que un pavimento delante de un terreno edificado o sin edificar
multiplica muchas veces el valor de la vivienda o el baldío, lejos de ser un
gasto para sus propietarios.
Que
no se repita la misma historia de hace 80 años. O pensaremos que la historia
vivida y las vidas que costó el progreso de Cañada de Gómez fueron absolutamente
inútiles el progreso jamás va a ser un gasto. Más bien es una responsabilidad
de todos que no se detenga.
El
Director.