miércoles, 20 de septiembre de 2017

VOLVAMOS A CERO


Ayer en este espacio dedicado a  editorial hicimos una nota, nos tomamos la atribución de hacerlo no como periodistas sino como un ciudadano, sorprendido que se hayan perdido todas las reglas y que solo interese el rédito político. Ayer fue Lanata que sigue desparramando malos olores sin darse cuenta que su tarea Anti Cristina encargada por Clarín hace casi dos año que termino. Y que hoy todas las acusaciones recaen contra la gente que le paga y no contra la gente que él debe atacar según el acuerdo que tiene Clarín con él. Que si Cristina robo o tiene ochenta millones o veinte no cambia que Macri tenga mil quinientos millones. La justicia sigue siendo culpable de todas estas cosas porque de otra forma no entendemos como Menem que debe estar en la cárcel sigue dando tan mal olor a un recinto sagrado como el Congreso de la Nación. No solo eso ahora quieren también que un personaje sórdido del Kirchnerismo Julio De Vido tal vez el que más robo en estos últimos años pretenda ser diputado seguramente no para mejorar nada en el funcionamiento nacional e institucional sino para zafar como Menem de las garras de la justicia que, de paso en vez de garras para cierta gente usa uñitas de bebé recién nacido.
A De Vido lo acusamos en Estrella hace mas de 8 años a Kirchner le pedimos cuando era Presidente de la Nación que ha hecho con la fortuna que le dieron por el petróleo cuando se privatizo YPF. Y Estrella jamás escucho una respuesta porque desgraciadamente somos un Diario demasiado pequeño que no puede llegar con sus grandes verdades a todo el  país.
De todos los encubridores, estafadores, extorsionadores y corruptos no tenemos la mínima duda que tienen una razón de ser: la ineficacia y el caradurismo de jueces y fiscales manejado por el capital y las malas costumbres. Pero esa situación no se la debemos a los últimos gobiernos sino que viene desde Alfonsín hacia hoy, y lo peor “in crescendo” hoy como están las cosas la política nacional estaba ofendiendo a su máxima autoridad democrática: el Congreso de la Nación Argentina.
Pero de esos culpables de que ello ocurra, parece que a nadie le interesa curar ese cáncer que crece.
El Director.